Países de América Latina y el Caribe expresan preocupación por prácticas y discursos violentos contra los avances en igualdad de género

Durante la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se expresó preocupación por los peligros que la desaceleración de las economías, las debilidades de las democracias y las prácticas, discursos y patrones culturales patriarcales, discriminatorios y violentos representan para los avances logrados en la igualdad de género.





Representantes de 38 Estados miembros y asociados de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) aprobaron, al cierre de la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, la “Estrategia de Montevideo” para la implementación de la agenda regional de género en el marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030.
La “Estrategia de Montevideo” representa un instrumento político-técnico orientado a “guiar la plena y efectiva implementación de la agenda regional de género y su transversalización en los planes de desarrollo sostenible hacia el año 2030”.
Dicho documento se encuentra dentro del marco jurídico regional e internacional y propone una mirada “prospectiva que compromete a las distintas estructuras estatales” a través de la puesta en funcionamiento de 74 medidas específicas, agrupadas en 10 ejes sustantivos.
Dichos ejes, para la implementación de la agenda regional engloban todos los compromisos asumidos por los gobiernos de América Latina y el Caribe con “los derechos y la autonomía de las mujeres, y la igualdad de género, desde la primera Conferencia Regional realizada en 1977 hasta la actualidad”, recuerda la CEPAL.
Los 10 ejes son: “Igualdad y Estado de derecho”; “institucionalidad: políticas multidimensionales e integrales de igualdad de género”; “participación popular y ciudadana: democratización de la política y las sociedades”; “construcción y fortalecimiento de capacidades estatales: gestión pública basada en la igualdad y la no discriminación” y “financiamiento: movilización de recursos suficientes y sostenibles para la igualdad de género”.
Asimismo, se suman: “Comunicación: acceso a la información y el cambio cultural”; “tecnología: hacia el gobierno electrónico y economías innovadoras e inclusivas”; “cooperación: hacia una gobernanza multilateral democrática”; “sistemas de información: transformar datos en información, información en conocimiento y conocimiento en decisión política” y “monitoreo, evaluación y rendición de cuentas: garantía de derechos y transparencia”.

Peligros para la igualdad de género

Durante el encuentro, se mostró “preocupación por los peligros que la desaceleración de las economías, las debilidades de las democracias y las prácticas, discursos y patrones culturales patriarcales, discriminatorios y violentos representan para los avances logrados en la igualdad de género”.
Por tal motivo, los participantes exhortaron a los países a “fortalecer la perspectiva de género en la planificación y los presupuestos nacionales y a reforzar sus habilidades y competencias técnicas para la implementación, el seguimiento y la rendición de cuentas de la agenda regional de género, con especial atención en el diseño y la puesta en marcha de estrategias de formación y capacitación de recursos humanos”.
En ese marco, Uruguay asumió la presidencia de la Conferencia Regional sobre la Mujer con la voluntad de “reforzar el compromiso-país en el logro del desarrollo sostenible con igualdad de género”, informó la Cancillería.
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