Cumpleaños Nuestra Señora de la ciudad de La Paz, Entre Ríos, Argentina

Para hablar de cumpleaños hay que tomarse un momento de reflexión y pensar ¿cuántos años han pasado desde su fundación? ¿Cómo era antes? ¿Cómo está ahora? ¿Qué cosas la han marcado y la siguen marcando como ciudad única?

La Paz, ciudad que se levanta sobre la margen izquierda del río Paraná a una distancia de 512 kilómetros de Buenos Aires y aproximadamente a 171 kilómetros de la ciudad de Paraná, capital de Entre Ríos.



En los mapas del siglo XVIII puede verse el nombre “Cabayú Cuatiá” en referencia a un arroyo que servía como embarcadero y que estaba emplazado en un puerto natural apto para embarcar los productos que se obtenían de la tierra y de las islas. 


La base del pueblo era el caserío levantado a la vera de este arroyo.


Allí existía un cruce de caminos y una alta barranca permitía estar a salvo de las inundaciones y atisbar desde lo alto la zona. Por allí pasaba el viejo camino a Corrientes que llegaba hasta la capital paraguaya de Asunción. 



La falta de medios de comunicación terrestre y lo que tardaban en llegar las carretas, hicieron que el tráfico fluvial se convirtiese en el único medio de comunicación disponible por el que se trasladaban mercaderías y gente en forma rápida y segura. Esto hizo que los primeros pobladores hicieran del río su principal medio de vida. Casi todos los puertos del río Paraná han tenido ese origen espontáneo. 

Las amplias y limpias playas que muestran las costas otorgaban una visibilidad a los navegantes que les permitía desembarcar en tierra sin riesgos imprevistos de ataque de los indios.
Luego de varias idas y venidas, y de cerrarse y abrirse nuevamente el puerto en varias ocasiones, el movimiento portuario ganó importancia. El 22 de junio de 1854 se lo clasificó de tercera clase y se lo habilitó ese año para la exportación de frutos y productos regionales, como carbón y cueros. La batalla de Pavón, con Mitre como presidente, lo jerarquiza como puerto de segunda categoría y se le designa su primer personal. 

La Paz con enormes riquezas agrícolas, ganaderas y forestales, así como también carboníferas, llenaba de este negro tesoro las bodegas de los buques de vapor que desde Asunción navegaban hacia Buenos Aires, o viceversa.


Pero fue con el ferrocarril que las cosas comenzaron a cambiar. Los caminos y el transporte terrestre conspiraron contra el transporte fluvial, lo cual hizo desaparecer comercialmente al puerto de La Paz. Algo que también ocurrió a la mayoría de los puertos fluviales de Argentina.



Los primeros habitantes de esta zona litoraleña fueron los pueblos originarios denominados chanáes, caletones y guaraníes, quienes se dedicaban a la caza y pesca dada las ricas condiciones que ofrecía el majestuoso río Paraná.



A partir de la fundación de Buenos Aires por Juan de Garay, compañeros de éste último surcaron el Paraná aguas arriba y se encontraron con estas poblaciones nativas, produciéndose en ese momento el encuentro de dos culturas.



La primera mención registrada del sitio se produjo a mediados del siglo XVIII, cuando fray Pedro José de Parras se refirió a él como Atracadero Cabayú Cuatiá. En la misma época comenzó a aparecer en los mapas, 1768 Francisco Millau y Mitraval.



Hacia mediados del siglo XIX resurgió la idea de Tomás de Rocamora de fundar una ciudad en el norte entrerriano. Así, en 1829 y por iniciativa del gobernador León Sala, se dispuso la formación de un pueblo y puerto en Cabayú Cuatiá. Sin embargo, el proyecto no se concretó ese año.



Fue recién el 13 de julio de 1835 cuando el gobernador Pascual Echagüe decretó que en el lugar denominado Cabayú Cuatiá Grande se formara una villa con el nombre de La Paz, en honor a Nuestra Señora de La Paz, lo que fue autorizado por ley del 20 de junio de ese año. Víctima de los avatares del conflicto entre unitarios y federales como así también de las crecidas del río Paraná, los primeros años de vida fueron difíciles para la recién formada ciudad.



En 1843 ya bajo la gobernación de Justo José de Urquiza, se crearon los cargos de alcalde y receptor de la ciudad, ocupados en primera instancia por Juan José Márquez y Damián Góngora respectivamente.


Ese mismo año, la muerte de Romano Góngora, padre del anterior y comandante del Escuadrón La Paz, permite la llegada de Antonio Ezequiel Berón de Astrada en su reemplazo.




Éste se vincula profundamente con el acontecer del pueblo hasta su muerte en 1873. Por instancia de él se levanta la primera capilla que alberga la imagen de la patrona de la ciudad, luego trasladada al edificio que hoy es el Salón Parroquial.



Tiempo después, la creación del Municipio trae consigo la concreción de obras y el progreso económico y cultural de la ciudad, que sólo se ve detenido hacia mediados del siglo XX como consecuencia del aislamiento que le hacen los grandes centros urbanos del país al litoral, tendencia que luego comienza a revertirse para bien.


Un hecho histórico que marca a la ciudad ocurre en la década del 1930, cuando los levantamientos cívico-militares la tienen como protagonista de la que se conoce como década infame. En el año 1932, los Hermanos Kennedy se levantan contra el gobierno de facto del general Uriburu, en defensa de las libertades civiles y la restauración democrática.

Este hecho, que cobró varias vidas y que ocupó titulares de los grandes diarios de la época, es uno de los momentos más recordados en la historia de la ciudad, llevando la ruta de acceso a la ciudad el nombre de los famosos hermanos.


Hoy con una población de 24.716 habitantes según el censo 2010 y su ejido una superficie de 119 km². 

Tiene interesantes atractivos para ser visitada durante todo el año. El paisaje de por sí, es muy lindo y como su nombre lo indica tiene mucha paz.



El Agua Termal, es sumamente rica en minerales, lo que las convierte en casi únicas en su tipo, su vertiente es un mar encontrado a miles de metros de la superficie que data de millones de años, una verdadera tentación difícil de resistir para locales y visitantes.



La pesca es para los amantes de este deporte un placer abierto a disfrutar cualquier día y/o en los eventos piscatorios especiales que tienen su calendario anual.

La Curuzú Chalí , es una reserva ecológica que tiene entre sus riachos y sus isletas un cementerio de antiguos habitantes de la zona que data de cientos de años, con el agregado de pájaros, aves y animales en estado salvaje como, chajá, gallito del agua, carpincho, lobito de río, yacaré, y las distintas clases de serpientes.


La ciudad exhibe su actualidad con eventos anuales y de temporada, de música el más convocante es "Galas de Río" donde se dan cita los artistas de todo el mundo, complementa artes plásticas, tallado y exposiciones en cultura.
Otros espectáculos sin igual, son los festivales de música autóctona regional como "Cuando el Pago se hace Canto".
Entre otros géneros en la playa se realiza "La Paz Rock". 

Los deportes; el triatlón internacional, competencias náuticas, voley playero, espacios como el polideportivo municipal, autódromo, club hípico, el Litoral Rally Raid, los kartings, ciclismo, pedestrismo, natación, boxeo, artes marciales, entre otros tan populares como fútbol y tenis, pelota paleta, etc.



En un sublime paisaje de apacibles verdes contrastantes, en una zona alejada del centro de la ciudad se erige el Golf Club Social La Paz, complejo que por sus cómodas instalaciones y belleza natural atrapa la atención de deportistas y familias, visitantes y residentes, aficionados y profesionales e interesados en descubrir la disciplina.


En cada cumpleaños de la "ciudad paloma", (como la bautizara Linares Cardozo) el día 24 de enero da comienzo, y los habitantes y visitantes realizan la cena frente a la iglesia, a la hora cero se ven brillar en el cielo los fuegos artificiales y las campanadas, anuncian la fiesta.

Por la tarde la procesión náutica y luego la misa en la plaza, seguida de las locuciones y música, la multitud festeja. 



La Paz cumple un año más y la fiesta es para todos, creyentes o no, hermanados por el lugar, las costumbres y la vida en comunidad.



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