Roberto Walsh, un guerrillero en contra del terrorismo de Estado

Rodolfo Jorge Walsh (Lamarque9 de enero de 1927 - desaparecido por la última dictadura argentina en Buenos Aires25 de marzo de 1977) fue un periodistaescritor y traductor argentino. Fue militante en las organizaciones guerrilleras FAP y Montoneros. Es especialmente reconocido por su lucha contra el terrorismo de Estado y por ser un pionero en la escritura de novelas testimoniales como Operación Masacre - considerada históricamente como la primera novela de No-ficción - y ¿Quién mató a Rosendo?, aunque también sobresalió como escritor de ficción.



Texto riguroso, pero de comprensión fácil. Una escritura despojada de artificios y adjetivaciones innecesarias. Asombrosa capacidad de síntesis para esbozar en pocos párrafos las características que diferencian a la dictadura militar instalada en 1976 de las anteriores; definir su proyecto económico y social y mostrar los caminos de resistencia popular. 

En suma, la Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar nos resulta un texto extraordinario. Es, por cierto, el discurso de un militante político que asume con naturalidad que su compromiso ya no tiene vuelta atrás, pero es también el texto de alguien que se preocupa por las formas, que respeta las palabras, porque seguramente imagina un mundo en que –más allá de las voces de mando militares, de la banalización de cierto discurso político y de las seducciones fáciles de la publicidad- el lenguaje servirá finalmente para que los hombres puedan entenderse. 

Ese texto preciso, sobrio y elegante, nos parece redactado al correr de la pluma. Sin embargo, además del trabajoso esfuerzo de corrección y simplificación que reclama todo escrito de esta envergadura, detrás de las afirmaciones de Walsh hay muchas experiencias de lucha, muchas lecturas, muchas reflexiones. 

Por eso, además de sus méritos ya señalados, la Carta es un material privilegiado para el trabajo en el aula, porque nos permite hacer el camino inverso al que hizo el autor: desentrañar detrás de esas frases apretadas buena parte de la historia del movimiento popular argentino; de la lucha obrera y la conformación de las organizaciones revolucionarias; del periodismo de combate que Walsh practicó en el periódico de la CGT de los Argentinos. 

También la Carta constituye un buen guión para conocer con más detalle las diversas fases del proyecto regresivo que los grupos dominantes victoriosos en 1955 intentaron imponer en la sociedad argentina. 

El nombre de Walsh está ligado a dos momentos claves de ese proceso. El primero es la Operación Masacre en 1956, cuando la militancia popular -carente aún de la experiencia que adquiriría en muchos años de resistencia- fue sorprendida por la feroz respuesta de los fusiladores. 

El segundo y último, veinte años después, cuando la victoria popular de 1973 que había terminado con la proscripción del peronismo revela su carácter efímero y se impone una dictadura más criminal que todo lo conocido por el país hasta entonces. 

La Carta resume los sentimientos de indignación y asombro que necesariamente la situación provoca, pero aporta las razones que permiten entender que la irrupción de los genocidas no vino del cielo. 

En el contexto de la política de seguridad nacional que los Estados Unidos impusieron a todo el continente, la tarea de los militares contó con el concurso de lo peor de la sociedad argentina. 

Poco después de difundida la Carta, conocimos otros escritos anteriores en los que Walsh también se interrogaba sobre los caminos que siguió el movimiento popular. 

No era la Carta -un material de denuncia de la dictadura- el lugar indicado para profundizar esas reflexiones autocríticas. Pero conocer esos otros textos nos ayudará también a entender mejor el que fuera difundido al cumplirse un año del golpe militar. 

Aquellos “papeles”, escritos entre agosto y diciembre de 1976, alumbran la lucidez, la honestidad intelectual y el coraje del escritor que eligió seguir haciendo su aporte a la resistencia, aunque sabía hasta donde había avanzado la dictadura en la destrucción del movimiento popular. 

Que el autor de este formidable texto de denuncia que es la Carta haya sido uno de nuestros grandes escritores es algo que los argentinos debemos celebrar. Porque la escritura luminosa de Walsh contribuye a que este alegato permanezca, permite llegar a los sectores más amplios, convocados por un lenguaje que puede ser grave sin pecar de solemne, y apela a los resortes más íntimos que hacen a la dignidad del ser humano. 


El conocimiento y la transmisión de la historia reciente a las nuevas generaciones sigue siendo un desafío para el sistema educativo en sus distintos niveles. 

La “Carta abierta de un escritor a la Junta militar”. Fechada el 24 de marzo de 1977, es la última palabra pública del escritor militante Rodolfo Walsh. 

La “familiaridad” del texto y su circulación en forma recurrente en diferentes ámbitos y soportes no debiera conducir a subestimarlo como recurso áulico. Por el contrario, debiera ser una puerta de entrada para seguir interrogándonos no sólo sobre los acontecimientos que denuncia y el tiempo histórico en el que fue producido, sino también sobre la propia figura de su autor y su obra.





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