2 de Abril Día Internacional del Autismo

El autismo (del griego auto- αὐτός que actúa sobre sí mismo o por sí mismo' e -ismos 'proceso patológico' ) es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por alteración de la interacción social, de la comunicación (tanto verbal como no verbal) y el comportamiento restringido y repetitivo.

Los padres generalmente notan signos en los dos primeros años de vida de su hijo. Estos generalmente se desarrollan gradualmente, pero algunos niños con autismo alcanzan sus hitos del desarrollo a un ritmo normal y luego sufren autismo regresivo.

El autismo es altamente heredable, pero la causa incluye tanto factores ambientales (contaminación, alimentación, etc.) como susceptibilidad genética. En casos raros, el autismo está fuertemente asociado con teratología (agentes que causan defectos de nacimiento).

Las controversias rodean a las otras causas ambientales propuestas; por ejemplo, las hipótesis de vacuna son biológicamente implausibles (inverosímil, poco convincente) y han sido refutadas por estudios científicos.

Los criterios de diagnóstico requieren que los síntomas se hagan evidentes en la primera infancia, típicamente antes de los tres años. El autismo afecta el procesamiento de información en el cerebro alterando cómo las células nerviosas y sus sinapsis se conectan y organizan; cómo ocurre esto, no está bien esclarecido.

Es uno de los tres trastornos del espectro autista (TEA); los otros dos son el síndrome de Asperger, que carece de retrasos en el desarrollo cognitivo y del lenguaje, y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (TGD-NE), que se diagnostica cuando no se cumplen la totalidad de los criterios para el autismo o el Síndrome de Asperger.

Las intervenciones tempranas de conducta, cognición y habla pueden ayudar a los niños con autismo a ganar habilidades de autocuidado, sociales y comunicativas. 

A pesar de que no existe una cura conocida, existen casos de niños que se han recuperado. No hay muchos niños autistas que vivan de forma independiente después de alcanzar la edad adulta, aunque algunos llegan a tener éxito. 

Se ha desarrollado una cultura autista, en la que algunos individuos buscan una cura y otros creen que el autismo debería aceptarse como una diferencia y no tratarse como un trastorno.

En 2010, la tasa de autismo se estima en alrededor de 1-2 autistas por cada 1000 personas en todo el mundo y ocurre cuatro a cinco veces más frecuente en niños que en niñas. 
En 2014, cerca del 1,5 % de los niños en los Estados Unidos (uno de cada 68) le diagnosticaron TEA, un aumento del 30 % a partir de 1 de cada 88 en 2012. 

La tasa de autismo entre adultos mayores de 18 años en el Reino Unido es del 1,1 %. El número de personas diagnosticadas ha aumentado dramáticamente desde la década de 1980, debido en parte a cambios en la práctica diagnóstica y los incentivos financieros subsidiados por el gobierno para la identificación diagnóstica; la cuestión de si las tasas reales han aumentado sigue sin resolverse.

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