Día internacional del trabajo.

El trabajo es un deber, una obligación, es una cultura, desde que Adán probó la fruta prohibida, el hombre "debe conseguir su pan con el sudor de su frente", es bíblico.



Planteado así, cada ser humano debe crear su "nicho laboral", ingeniárselas para subsistir, en un mundo globalizado, lleno de retos y creatividad, donde la edad es un tema "escabroso", donde las políticas cambian regularmente de acuerdo a como van las distintas prácticas laborales.


Todo trabajo es bueno para que una persona sea "digna" en ésta sociedad consumista, y cada vez hay más robots reemplazando al humano, las máquinas hacen el trabajo, y los humanos las manipulan para optimizar calidad, tiempo, costos...son los más capacitados en ese tipo de ingeniería, no todo "el mundo" tiene acceso a éste tipo de trabajo...son los menos que ganan más.


Todo ésto dio lugar a un planteo o replanteo, al "Día internacional del trabajo" entre un grupo de amigas. Cada año son las mujeres las que salen con pancartas pidiendo igualdad en los trabajos. Muchas pueden y quieren hacer el trabajo que normalmente hacen los hombres y son muchas tareas, bien remuneradas. Y cuando una mujer accede a un lugar de trabajo así, la remuneración es siempre menor, cobra hasta el 50% menos haciendo exactamente lo mismo que hace un hombre.






Ni hablar del trato "machista" que va desde las miradas desaprobando la gestión, hasta la pseudo "galantería" o cuando no, el abuso o discriminación sexual, haciendo hincapié, en el "sexo débil" . En fin, el tema es amplio y debates hay en todas partes. Como para poner un paño de piedad, una mujer casi sabia, dice; chicas...nosotras nos enamoramos de un hombre, y por él, hacemos todo! Si tenemos un trabajo en relación de dependencia tratamos de conservarlo para ayudar al grupo familiar. Cuando nos casamos y tenemos hijos, los atendemos; al marido, a los niños, y a la casa, con todo lo que eso implica...y la única remuneración que obtenemos es la sonrisa de ellos, la satisfacción en sus caras y saber que lo hacemos por amor...Dios ha de querer que no termine nunca el trabajo de ama de casa.

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