Último partido del seleccionado argentino

La selección se fue de Rusia entre la resignación y las lágrimas, sin acercarse ni un poco a los planes que el fútbol, se suponía, podía tener entre manos para Messi. El más grande, el mejor, pero al fin y al cabo humano, necesitado de un técnico y compañeros que encuentren lo que indefectiblemente ya está perdido en éste mundial.

Corado Beron Periodista de Deportes.

Desfigurada por un adiós que llegó demasiado pronto, la selección escribió su final en el Mundial Rusia 2018 con una letra borroneada, hija del andar errante de quienes la pulsan. Tenía razón Jorge Sampaoli , cuando anticipó que sería el juego, y ya no el coraje, el eje del partido. 


Y Francia tuvo mucho más de eso que la Argentina, incluso para reponerse de un impensado 2-1 en contra al principio del segundo tiempo. Fue Kylian Mbappé el protagonista de la película y no el otro 10 que habitó la cancha, aquel al que la selección se encomienda desde hace años para disimular sus fallas estructurales. 


Y no hubo un Lionel Messi épico esta vez sino uno mucho más terrenal, con los altibajos que marcaron su camino en su cuarto Mundial. ¿El último de su vida? Difícil saberlo ahora, cuando el dolor de la eliminación lo cubre todo.


Conrado Berón, compara a la selección nacional de fútbol, con aquellos estudiantes que a último momento hacen un repaso, por que no les gusta estudiar, no les gusta trabajar, leen solo para zafar, y así cuando llega el examen tratan de aprobar... y por ahí fueron aprobando de a poquito, pero llega ese momento donde tienen que rendir bien, y les va mal.


El tema es que uno cree, cuando empieza a rodar la pelota, que sí se puede, y casi se pudo, porque en la última parte del juego casi se pudo, pero...no. 
La pregunta es, ¿Porqué? y nos respondemos porque casi se pudo empatar. De igual manera reconocemos que el equipo francés fue claramente superior...la bronca es porque vemos nuestras falencias, en todo sentido, y eso da rabia.


En caliente uno se pone a analizar a una selección que desde el comienzo, con perdón de la mala expresión, estuvo mal parida. Y se terminó un ciclo de una generación que le dio mucho a la selección, porque no cualquier generación llegó a tres finales consecutivas. Ahora debemos empezar de cero, pero empezar bien. Este es el fin de un ciclo, de mucho tiempo, de cuatro años, ponele, del mundial anterior que todo se viene haciendo mal, y termina como tenía que terminar, mal.


Hay muchas cuestiones, desde lo futbolístico innumerables, y desde lo anímico desde lo emocional, desde el punto de vista humano me parece que teníamos mucho por corregir, y no era una fortaleza justamente el tema de Argentina, porque si tenes un buen grupo unido, que está dispuesto a dar lo mejor por su compañero, por la camiseta, un cuerpo técnico unido con mucha empatía por el plantel, si vos tenes todo eso, capaz que jugás mal al fútbol, pero terminas igualando con muchas ganas, pero bueno, no existió ni lo uno, ni lo otro. Solamente algunos jugadores que venían jugando mal y lo hicieron bien, otros a la inversa.


Acá hay muchos mensajes, que nos ha dejado esta selección argentina que ojalá no se vuelvan a repetir, porque no está bueno. Se puede ganar, se puede empatar, o se puede perder, está claro pero nosotros tenemos dos caminos, si nos quedamos con los últimos minutos de la selección argentina casi empatándolo y perdiendo solo a uno con Francia, está bueno, pero también tenemos que acordarnos lo que se hizo contra Croacia, lo que se hizo contra Islandia, de qué manera se cruzó contra Nigeria, cómo se llegó al mundial, la cantidad de cosas que pasaron en una concentración argentina, donde se habló de todo menos de fútbol. 


Así que a medida que pase la calentura, el enojo y nos empecemos a enfriar, aunque lamentablemente nosotros no tenemos poder de decisión, la dirigencia argentina tiene que de una vez por todas ponerse los pantalones largos.
Escuché la conferencia de prensa de Sampaoli, poca y nada autocrítica, y palabras que no dicen absolutamente nada, y me parece que era el momento de mandar un mensaje, que no se lo mandó.


Terminó para nuestra selección, ahora mas tranquilos, veremos de afuera hinchando por los equipos sudamericanos, en lo que a mi respecta haré fuerza para que gane Uruguay.

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