Se votó en el Senado de la Nación Argentina en favor de la Vida.

Un revés (por ahora) para el aborto legal en Argentina. El Senado argentino votó esta madrugada en contra del proyecto para despenalizar y legalizar la interrupción voluntaria del embarazo en cualquier circunstancia, una legislación que ya había sido aprobada por los diputados y que ha movilizado a cientos de miles de personas e impulsó debates en la región. Activistas aseguran que el tema seguirá siendo parte de la agenda y que tendrá especial relevancia durante las próximas elecciones.

El Senado argentino rechazó el proyecto para legalizar el aborto

Por un estrecho margen, el Senado argentino rechazó en la madrugada del jueves un proyecto de ley para legalizar el aborto, con lo que propinó un revés al movimiento popular que llevó los derechos reproductivos a la cima de la agenda legislativa del país y movilizó a grupos de mujeres en toda América Latina.


Las posiciones a favor y en contra del proyecto lucharon para influir en los senadores indecisos hasta el último momento. Mientras los legisladores debatían el proyecto de ley en una sesión que duró más de dieciséis horas, miles de personas se reunieron afuera del Congreso y la Iglesia católica celebró una “misa por la vida” en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires. 





Los defensores del proyecto de ley —que hubiera permitido la interrupción voluntaria del embarazo durante las primeras catorce semanas— tenían expectativas de que Argentina pudiese empezar un cambio radical en los derechos reproductivos en una región mayormente católica, donde el 97 por ciento de las mujeres viven en países que prohíben el aborto o solo lo permiten en circunstancias excepcionales.


Sobre el proyecto de ley, 38 senadores votaron en contra, 31 a favor y hubo 2 abstenciones.

Activistas se consuelan después de las votaciones.  
Hace apenas unas semanas, los activistas por la legalización del aborto parecían tener buenas posibilidades de éxito. Pero la oposición se endureció cuando los líderes de la Iglesia católica iniciaron una enérgica ofensiva contra el aborto desde sus púlpitos y los senadores de las provincias conservadoras fueron sometidos a una intensa presión para oponerse al proyecto de ley. Triste final el de la izquierda defendiendo Corporaciones de la muerte.

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