Este miércoles a las 10 se conocerá el veredicto del juicio por corrupción y prostitución de menores contra el abogado Gustavo Rivas

El Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú e Islas del Ibicuy, integrado por los magistrados Alicia Vivian, Arturo Exequiel Dumón y Mauricio Derudi, darán a conocer hoy a las 10:00 horas el adelanto de veredicto en el juicio que se le sustanció al abogado y educador Gustavo Rivas, por el delito de promoción de la corrupción y de la prostitución de menores. 

Gustavo Rivas afronta penas pedidas por la Fiscalía de 25 años de prisión.

El debate se inició el 1° de abril y se extendió hasta el 3 de mayo, en uno de los juicios considerado histórico a nivel provincial y nacional por la cantidad de víctimas denunciantes: en total fueron doce, pero dos quedaron prescriptas y se avanzaron en los otros diez casos. 


El Ministerio Público Fiscal solicitó una pena de 25 años de prisión y en caso de que haya condena, hasta que ésta quede firme, pidió la prisión preventiva para el imputado con prohibición de acercamiento a las víctimas y testigos que participaron de este juicio. 


Desde distintas ONG y grupos de apoyo a las víctimas, se convocó a una movilización para las 9 en la Plaza San Martín, frente al Palacio de Tribunales.

A las 10 de hoy se conocerá el adelanto de veredicto en el juicio oral (no público) que se le realizó al abogado y docente Gustavo Rivas, imputado por promoción de la corrupción y de la prostitución de menores de edad, reiterada.



Gustavo Rivas


Este adelanto de veredicto será con acceso a la prensa y al público e incluso se transmitirá a través del canal de YouTube del Servicio de Información y Comunicación del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos https://www.youtube.com/channel/UCboKgdqvrqnHLt1s4-PRDGQ


El Ministerio Público Fiscal estuvo representado por los fiscales Lisandro Béhéran (en su carácter de coordinador general) y Martina Cedrés (quien llevó adelante la Investigación Penal Preparatoria), y la querella por los abogados Alfredo Vitale y Estela Esnaola. En tanto que la defensa técnica de Rivas la llevó adelante el abogado Raúl Eduardo Jurado.


Las audiencias comenzaron el 1° de abril y continuaron los días 3, 4, 8, 9, 10, 15, 16, 17, 22, 23 y 24 de abril; y el viernes 3 de mayo. A lo largo del debate, se confirmó de manera inequívoca que las víctimas al momento de los hechos eran menores de edad (la mayoría tenían apenas 14-15 años); que su vulnerabilidad fue potenciada por Rivas cuando les ofrecía alcohol a esos menores de 14-15 años; además los hechos quedaron probados por los distintos relatos e incluso se prueban entre sí y todas las víctimas como los testigos fueron coherentes con lo declarado en su momento en Fiscalía cuando se desarrolló la Investigación Penal.


Por otro lado, también quedó probado que la experiencia extrema les dejó huellas imborrables en su vida, afectándolos en su vida emocional y en otros casos hasta familiar; además de otras víctimas que fueron quebrantadas aprovechándose de su vulnerabilidad social.


La causa se inició de oficio por el Ministerio Público Fiscal, luego que la Revista ANÁLISIS reveló el 27 de julio de 2017 una investigación periodística que permitió romper con 40 años de impunidad, “en un secreto a voces” que se vivía en Gualeguaychú y que nadie se atrevía a señalar.


Durante el debate (que se hizo a puertas cerradas en resguardo de la dignidad de las víctimas) se pudieron apreciar las imágenes fotográficas (más de 200) e incluso fílmicas que se aportaron como pruebas materiales y que fueron secuestradas del domicilio de Rivas y que confirmaron de manera elocuente el relato de las víctimas y de los muchos testigos que declararon ante el Tribunal. 


La Fiscalía en su alegato de clausura solicitó 25 años de prisión y en caso de que el Tribunal otorgue en razón de la edad del imputado una pena domiciliaria, que la misma sea con tobillera electrónica y prohibición estricta de relacionarse con las víctimas. Y en caso de condena, la Fiscalía solicitará una prisión preventiva hasta que la sentencia quede firme porque Rivas “trató de influenciar a los testigos y esto se presentó como prueba en el debate”, adelantó la fiscal Martina Cedrés.


A su vez, la abogada Estela Esnaola (querellante por una sola víctima) solicitó siete años de prisión; y su colega Alfredo Vitale (también querellante por una sola víctima) pidió siete años y seis meses de prisión.


Y en su alegato de clausura, Raúl Jurado -defensor particular de Rivas-, sostuvo que esta causa estuvo armada y en consecuencia solicitó la absolución.


Por otra parte, para mañana distintos grupos y ONG se unieron para convocar a la comunidad para dar apoyo a las víctimas y reclamar por Justicia. Para ello se concentrarán frente a Tribunales a partir de las 9, donde se leerá una solicitada firmada por organizaciones sociales, centros culturales, partidos políticos, centros de estudiantes y sindicatos, entre otras instituciones, en apoyo a las víctimas; de acuerdo a lo adelantado por Vanesa Gerez del grupo “Rompiendo el Silencio”.

Diversas ONG, vecinos y entidades hoy se expresarán en apoyo a las víctimas y en repudio al imputado Gustavo Rivas.
La causa


El Ministerio Público Fiscal inició de oficio esta causa, luego que la Revista ANÁLISIS reveló el 27 de julio de 2017 una investigación periodística que permitió romper con 40 años de impunidad, “en un secreto a voces” que se vivía en Gualeguaychú y que nadie se atrevía a señalar.


De acuerdo a la Investigación Penal Preparatoria (IPP), las víctimas de Gustavo Rivas tenían al momento de los hechos denunciados entre 14 y 15 años, aunque hay otras personas que tenían 17 años de edad. 


La otra coincidencia entre ellos es que todos manifestaron haber ido –en distintas oportunidades e incluso en épocas diferentes- a los domicilios de Rivas (su actual residencia de calle Mitre y la casona familiar de calle Urquiza de Gualeguaychú; su casa de descanso en 30 de Marzo y Larroque de Pueblo General Belgrano) siempre en grupo, nunca de manera individual; además de otros encuentros realizados en una embarcación del imputado de nombre “Frenesí” y que en el mundo de los adolescentes era conocido como “El Crucero del Amor”.


Para la parte acusadora, Rivas, siendo adulto, ejerciendo plenamente la abogacía y en otros momentos incluso la docencia, desplegaba con su conducta una aptitud clara para desviar el libre crecimiento y desarrollo sexual de sus víctimas, todos menores de edad; de acuerdo a lo estipulado en los Artículos 125° y 125° bis del Código Penal. 


Para ello organizaba “la previa”: se trata de un encuentro regado con abundante alcohol que les daba a los menores, como una forma de desinhibir e intensificar de esa manera la vulnerabilidad de las víctimas y él incrementar su influencia o poder.


Todas las víctimas denunciantes de Rivas pudieron declarar en este juicio, en testimonios lacerantes que dieron cuenta del infierno que vivieron cuando apenas despertaban a la adolescencia y fueron sometidos a experiencias de índole sexual tan extremas como perversas.


La defensa de Rivas sostuvo “que para el amor no hay edad”; “que nunca se les pedía el DNI a las personas y en todo caso habría que sacar la cuenta de los años”, “que esta causa fue armada periodísticamente” o su mayor apuesta: la prescripción.


Con el adelanto del veredicto se sabrá la postura del Tribunal. Lo que se sabe de manera inequívoca es que los actos de Rivas fueron de suficiente entidad corruptora; por “haber determinado a sus víctimas a un estado sexual corrupto mediante actos prematuros y de actividad sexual exacerbada”; además de que fueron “perversos” y “excesivos” teniendo en cuenta que eran menores entre 14-15 años de edad y en plena etapa formativa y de desarrollo, tal como lo sostuvo la Fiscalía y la querella a lo largo de esta causa.

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