Habló la pareja del ex soldado ucraniano que un empresario santafesino traía dentro del baúl de un auto que fue detenido en La Paz

Romina aseguró que "es real" la historia de su marido, sorprendido por la policía en el baúl de un auto en Entre Ríos. La justicia mantiene sus dudas. Envió las huellas dactilares a Interpol y a Europol para determinar su identidad y si cuenta con pedido de captura o antecedentes penales.




Romina G. está actualmente en Rosario, donde -según ella- esperaba a Viktor Melnyk, el padre de su beba que nació el jueves pasado. Ese mismo día, el ex soldado ucraniano, que había ingresado de manera ilegal desde Paraguay a la Argentina, fue encontrado por la policía entrerriana dentro del baúl de un Chevrolet Corsa que manejaba un empresario santafesino.

“Él decidió entrar de manera ilegal a la Argentina porque las fronteras estaban cerradas y quería estar en el parto de su hija”, aseguró la mujer.  Contó el largo periplo que protagonizó con este hombre que -según su relato- “fue soldado en Ucrania y después trabajó como agente de seguridad como custodio de empresarios millonarios en Ucrania, Moscú y San Petersburgo, pero ahora se dedica a una empresa que se especializa en la potabilización de agua de mar”. “Él me contó que viajaba con magnates rusos a los que custodiaba”, señaló. 

"Es real"

La mujer alega que “Viktor Melnyk es real”, que es su pareja desde hace cuatro años, cuando se conocieron en Buenos Aires y después se dedicaron a viajar por distintos países de Latinoamérica por la actividad empresarial del ex soldado ucraniano. Es lo que también trata de probar en la justicia el abogado Claudio Berón que representa al ex soldado ucraniano.



Viktor Melnyk fue descubierto en el baúl de un auto cuando ingresaba ilegal al país.


En la justicia federal de Entre Ríos aún tienen dudas sobre la identidad de este hombre que el jueves de la semana pasada fue encontrado en el baúl de un auto en Paso Telégrafo, en un puesto caminero de la policía entrerriana, que es el primero después de ingresar a esa provincia desde Corrientes. El juez federal Leandro Ríos envió las huellas dactilares de este hombre a Interpol y a Europol para confirmar su identidad y determinar si posee algún pedido de captura y posee antecedentes criminales. “Él dice que no tiene antecedentes”, afirmó su abogado. 


Él decidió entrar de manera ilegal a la Argentina porque las fronteras estaban cerradas y quería estar en el parto de su hija 

Ilegal

Este hombre gigante de más de 1,90 metros de altura y más de 150 kilos estaba oculto en el baúl y había ingresado de manera ilegal a la Argentina por Paraguay. 

Romina G. admite que “fue un error” que él haya entrado de esa forma al país, aunque recalca que “era lo único que podía hacer para estar en el parto de nuestro hijo, porque las fronteras están cerradas por el coronavirus”. 

—¿Por qué no tenía el pasaporte? 

—No lo sé. La última vez que nos vimos fue en San Pablo. Estábamos viviendo en esa ciudad, pero yo decidí volver a Rosario porque no me adapté. Fue antes de la cuarentena. 

Yo regresé a la Argentina y el cinco horas después salió para Paraguay, donde entró de manera legal. Me dijo que tenía que contactarse con unas personas por cuestiones de la empresa. Y no lo vi más, porque cerraron las fronteras. 

La única documentación que portaba Viktor Melnyk cuando fue detenido en Entre Ríos eran tres credenciales: Llevaba un permiso de residencia otorgado en Málaga, España, que venció el 31 de julio pasado. Un carnet de conducir de España que es válido hasta el 17 de enero de 2022 y una extraña identificación como “teniente” de los “Reales Tercios de España, cuya fecha de emisión es del 15 de marzo de 2019. 


Los Reales Tercios de España son –según publicó el diario El País- “una organización paramilitar a cuyo frente se encuentran personas que tratan de constituirse en salvaguarda de la monarquía”. Es como una especie de logia, integrada en su mayoría por militares.





El automóvil del empresario santafesino en el que viajaba el ex soldado ucraniano.


Requisa

El abogado Claudio Berón, que representa a Melnyk, aseguró este sábado que “se va a realizar una requisa del Chevrolet Corsa porque Viktor contó que el pasaporte estaba en la guantera del vehículo”. “Si se encuentra este documento todo va a ser más sencillo probar que se trata de esta persona”, indicó el letrado. 


Romina G. explicó que cuando se acercaba la fecha del parto de su hija, que nació el jueves de la semana pasada, Viktor la llamó y le dijo que iba a entrar a la Argentina. “Me dijo que conocía a alguien que lo podía llevar”, apuntó en diálogo con Aire de Santa Fe. 


El dueño de la armeria La Escondida Juan Manuel Clucellas, quien trasladó a Melnyk, declaró ante la justicia que se había ido a pescar a Corrientes. Pero que no pudo lanzar la caña en las cabañas Don Quico, que son del dueño del Corsa gris, porque su amigo le dijo que podía comprometerlo. Está prohibida la pesca por la cuarentena. 


Él me contó que viajaba con magnates rusos a los que custodiaba 


“El lunes fui a Itá Ibaté, a las cabañas Don Quico que son de un amigo y pariente. Mi amigo me dijo que lo iba a comprometer porque estaban cruzando un montón de paraguayos a cobrar el IFE. Así que me quedé esperando y el martes y el miércoles me vine (para Santa Fe)”, contó a los investigadores. 

Lo llamativo es que Clucellas se había ido a Corrientes en una camioneta. Pero la dejó en Itá Ibaté, según contó. El argumento que dio a la justicia resultó algo llamativo. “Dejé la camioneta mía en Itá Ibaté para decirle a mi mujer que se me había roto y que tenía que ir la semana que viene a pescar y le pedí el auto prestado a él para venirme”, dijo.



La documentación que le secuestró la policía


Haciendo dedo


El empresario de 46 años aseguró que cuando regresaba a Santa Fe, luego de recorrer unos 25 kilómetros, vio a un hombre haciendo dedo en la ruta. 

“Para no venir solo, yo venía en el Corsita, le dije que suba”, relató. 

En ese momento Clucellas dijo que le sintió una “tonada extraña”. El gigante ucraniano se sentó en el asiento del acompañante. Le contó al dueño de La Escondida, según su relato, que “la mujer tenía un gran problema, que estaba por tener familia en Rosario”. 

“Le pedí si tenía papeles y me mostró que tenía placa oficial, que podía circular”, explicó. Clucellas describió que fueron pasando todos los controles policiales sin mayores problemas. 


Este hombre gigante de más de 1,90 metros de altura y más de 150 kilos estaba oculto en el baúl y había ingresado de manera ilegal a la Argentina por Paraguay 

“Íbamos llegando a Entre Ríos. Llamé al puesto porque conozco a gente de allá. Llamé a un amigo policía y le dije que avise que iba a pasar con un auto que no tengo permiso y le di los datos de la chapa patente. 

Así que cuando vamos llegando le digo a mi acompañante la situación, le digo que nos iban a parar, y me insistía que quería llegar, me mostraba que la mujer había roto bolsa, y le decía que no nos iba a pasar nada porque yo ando cazando siempre por la zona”, declaró Clucellas de manera bastante contradictoria. 

“Entonces él me dijo que se metía en el baúl. Me decía que estaba dispuesto a hacer 1700 kilómetros en el baúl con tal de llegar a ver a la hija. Le dije que se meta total no iba a pasar nada”, aclaró el empresario. 

Cuando llegaron en el Corsa gris al control de Paso Telégrafo, cerca de La Paz, los paró el control caminero. “Le dije que llevaba un ciervo, pero se ve que se notó que el baúl estaba cargado”. Nada menos que dentro del baúl había un ucraniano de unos 150 kilos y más de 1.90 metros de altura.



El empresario intentó eludir la requisa diciendo que llevaba un ciervo en el baúl


“Me pidió que le abra el baúl, y cuando le dije que había un señor adentro me tiraron al piso. Por la desesperación de traer a este tipo que venía contando cosas y que tenía amigos en Rusia que cazaban, se dio todo esto, de inconsciente nada más”, se atajó Clucellas. 

Me decía que estaba dispuesto a hacer 1700 kilómetros en el baúl con tal de llegar a ver a la hija 

Melnyk, quien habla perfecto español dijo luego en su declaración que perteneció al grupo militar de elite Titan en Ucrania, entre 1994 y 2000, pero que actualmente reside en España. 

El ucraniano declaró que “actualmente es empresario y tiene apoyo porque trabaja para el Reino de España. Es funcionario de seguridad y representante en Latinoamérica. 

Empresario y accionista en la empresa, con intenciones de presentarla ante el Ministerio de Economía de Argentina, ya que va por todo el continente, su fábrica produce maquinarias para destilar el agua de mar”. Es difícil de creer si dijo la verdad. 

La justicia federal pidió ayuda a Interpol para confirmar la identidad de esta persona y si tiene asuntos pendientes con la ley en otros países. 

“Él está aislado en un calabozo de una comisaría cumpliendo la cuarentena. No puede ser porque debería estar alojado en otro lugar, en un hotel”, se quejó Romina G.

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