El gobierno extenderá por cuatro semanas el distanciamiento social

Si bien este jueves de mañana trascendió que el gobierno extendería por dos semanas el distanciamiento social, finalmente decidirá prorrogarlo por cuatro semanas. Así se resolvió luego de una reunión que el Presidente mantuvo con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la Secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra.




En cuanto a las medidas sanitarias, no habrá grandes cambios. El domingo se vencía el plazo de las restricciones anunciadas la última vez.


La decisión la tomó el presidente Alberto Fernández luego de reunirse en el primer piso de la Casa Rosada con Cafiero e Ibarra.


El decreto que se vence el 31 de enero había sido publicado el 21 de diciembre y fue el primero en el que el gobierno, en un acuerdo con los gobernadores, decidió disponer la implementación de la DISPO en todo el país.


Luego, el 8 de octubre, el gobierno publicó un decreto reglamentario que le brindó a los mandatarios provinciales nuevos criterios epidemiológicos y les dio herramientas para restringir la circulación nocturna frente al aumento de casos de coronavirus.


En un primer momento en el gobierno giró la idea de extender la DISPO por dos semanas más y luego volver a evaluar la situación a mitad de febrero. Sin embargo, esta noche Fernandez terminó decidiendo que la extensión sea por un mes.


Durante el mes de febrero el gobierno nacional irá midiendo la situación del escenario epidemiológico y, en paralelo, avanzar en el diseño de protocolos para concretar el retorno de las clases presenciales a los colegios, uno de los temas claves que tiene el Presidente en la agenda del próximo mes.


Al igual que en las anteriores prórrogas de los DNU de aislamiento y distanciamiento social, Fernández mantendrá conversaciones con los gobernadores y autoridades provinciales para analizar la situación epidemiológica en torno al coronavirus. Los contactos serían a partir de mañana, a través de la plataforma Zoom u otro tipo de intercambio.


Para la próxima etapa del DISPO, el debate más relevante pasará por el retorno de las clases presenciales. 


La discusión avanza de manera acalorada en la Ciudad de Buenos Aires, donde los sindicatos de maestros resisten el plan diseñado por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, que está lanzado a que el 17 de febrero se reabran las escuelas. 


En otros distritos hay menos tensión. 


Las aguas se dividen entre gobernadores que esperan mayores precisiones de las autoridades nacionales y aquellos que tomaron la iniciativa, con provincias donde se anunciaron esquemas graduales o de “bimodalidad” a partir del 1 de marzo.


El Ministerio de Educación de la Nación ya giró una propuesta con dos anexos a sus pares provinciales, donde se prefigura la metodología para garantizar la vuelta de los alumnos y docentes a las escuelas. En el texto están incorporados aspectos como las condiciones de higiene y seguridad para el desarrollo del ciclo lectivo, como la capacidad de aforo en las aulas, el distanciamiento social, la cantidad de clases y carga horaria diaria.


En sus intervenciones públicas, tanto el propio Alberto Fernández como el ministro Nicolás Trotta aseguraron que para el ciclo lectivo 2021 habrá “mayor presencialidad cuidada” en las aulas, pero no será “absoluta”. Por eso, más allá de las intenciones oficiales, el protocolo de regreso estará bajo el análisis de las provincias y del Gobierno central.


La oposición de Juntos por el Cambio (Jxc), con Mauricio Macri y Patricia Bullrich a la cabeza, presionará con marchas el 9 de febrero para exigir el regreso de las clases presenciales. El reclamo de “apertura de las aulas” arrancó en el último tramo del año pasado.


Las definiciones no pueden superar el plazo de las dos semanas que fijarán el DNU de distanciamiento social. 


El punto límite es el 7 de febrero. Al día siguiente, los docentes de los niveles inicial, primario y secundario finalizarán sus vacaciones para regresar a las escuelas. Será entonces cuando se empezarán a anoticiar, de primera mano, los esquemas pedagógicos de trabajo y los cuidados previstos para el 2021.


Antes del 1 de marzo –la fecha en que se reiniciará el ciclo lectivo en casi todo el país–, gobernadores de distinto signo político como Axel Kicillof (provincia de Buenos Aires), Juan Schiaretti (Córdoba) y Rodolfo Suárez (Mendoza) se mostraron en sintonía con resoluciones que se anticiparon a la discusión que se avecina. 


En febrero, cientos de alumnos tendrán que ir a las aulas para participar de instancias de evaluación y de enseñanza pedagógica para recuperar contenidos, en el caso de que hayan tenido un desempeño insatisfactorio, o complementarlos, como es la situación de los últimos cursos de primaria o secundaria.


Aunque faltan detalles logísticos y de planificación, el Gobierno de la Ciudad parece marcar el ritmo del debate educativo. Lo reconoció un dirigente sindical que, enojado por el enfoque de Rodríguez Larreta, lo descalificó con un exabrupto. “Creo que los gobernadores están empujados por este hombre”, dijo sobre el jefe de Gobierno porteño Miguel Díaz, de Udocba.

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