Una familia de cuatro personas necesitó $70.532 en septiembre para no ser pobre

La canasta básica total (CBT) aumentó en septiembre un 3,2%, según informó este martes el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). De esa manera, no superó la variación que tuvo ese mes la inflación, que fue de 3,5%. 




Con estas cifras, una familia compuesta por cuatro personas -dos de ellas, niños de 8 y 6 años- necesitó el mes pasado tener un ingreso de $70.532 para no ser considerada pobre.


En tanto, la canasta básica alimentaria (CBA) tuvo ese mes una suba de 2,7%. Este indicador está influido principalmente por la suba de los alimentos, que en los últimos meses registró una aceleración.


Al observar solamente los primeros nueve meses del año, la canasta básica total registró un aumento de 30,1%, por lo que marcha por detrás de la suba de precios. El IPC acumulado entre enero y septiembre fue de 27 por ciento.


El mes pasado, según informó este miércoles el Indec, los precios de los alimentos y bebidas aumentaron de 2,9%. Por lo tanto, una familia de cuatro miembros necesitó $30.013 para no ser indigente.


Las variaciones interanuales de la CBA y de la CBT resultaron del 54,5% y 49,4%, respectivamente. De esta manera, en el primer caso el aumento estuvo por encima de la inflación anual, que en los últimos 12 meses alcanza el 52,5% según el Indec.


Al observar solamente los primeros nueve meses del año, la canasta básica total registró un aumento de 30,1%, por lo que marcha por detrás de la suba de precios. El IPC acumulado entre enero y septiembre fue de 27 por ciento.


Ambas canastas son decisivos para medir el impacto de la crisis económica en los indicadores sociales. Eso sucede porque la CBT -que además de alimentos incluye otros ítems del gasto como indumentaria, salud, transporte o educación- determina la denominada “línea de pobreza”. Es decir, los hogares con ingresos menores a la CBT son los que pasan a ser considerados pobres.


Asimismo, la canasta alimentaria -que está limitada a bienes de primera necesidad- es la que establece la “línea de la indigencia”, por lo que aquellas familias que no lleguen a cubrir los ingresos necesarios para adquirirla son considerados indigentes, de acuerdo al organismo de estadísticas oficial.


En este marco, cabe destacar que la pobreza fue del 40,6% en el primer semestre del año, mientras que la indigencia alcanzó al 10,7% de la población, según el Indec. De esta manera, casi 19 millones de personas son considerados pobres por no poder cubrir el costo de la canasta básica total.


La pobreza abarcó a 18,8 millones de habitantes y la indigencia a casi 5 millones, según la proyección al total país de 46,4 millones de personas de la Encuesta Permanente de Hogares en 31 aglomerados urbanos con una población de 28,9 millones de personas.


El resultado del principal indicador social estuvo muy cerca del que había marcado el organismo estadístico para el primer semestre de 2020, en que los índices de pobreza e indigencia treparon desde el 35,5% con que terminó el 2019 a 40,9% por el impacto inicial de la pandemia y las medidas de aislamiento social en la economía y en los ingresos de los hogares.

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