Descubren impacto de enfermedades neurodegenerativas
Los estudios hacen referencia a la incapacidad del cerebro de generar nuevas neuronas.
La imposibilidad de generar nuevas neuronas que provoca enfermedades como el Parkinson o la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) podría ser la clave para nuevas estrategias terapéuticas, según un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores con participación argentina.
El trabajo, publicado recientemente en la revista Science (https://www.science.org/doi/10.1126/science.abl5163) describió por primera vez cómo con el envejecimiento se va alterando la función de un tipo particular de células del sistema inmune en el cerebro, lo cual afecta la capacidad de generación de neuronas; a su vez, también demostró cómo las enfermedades neurodegenerativas crean un entorno hostil para la generación de estas neuronas.
"En un trabajo previo ya se había descripto en el hipocampo de humanos adultos, (una estructura con un rol importante en memoria y regulación del ánimo) la presencia de neuronas inmaduras, lo cual ya era indicativo de que había células madre dando lugar a neuronas nuevas", señaló a Télam Mariela Trinchero, la investigadora del Conicet en la Fundación Instituto Leloir (FIL) que participó en la investigación encabezada por María Llorens-Martín del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa en Madrid.
Y continuó: "Sin embargo, había dos cosas que se desconocían. Una era la composición del entorno en donde se generaban estas neuronas, lo que nosotros llamamos `nicho neurogénico´, ya que no cualquier área del cerebro tiene esta capacidad".
Trinchero señaló que "en este trabajo describimos la composición del nicho, conformado por células de distintos tipos y vasos sanguíneos.
De hecho, si bien se demostró que la capacidad de generar neuronas en el hipocampo se mantiene hasta los 90 años, en este trabajo describimos por primera vez cómo con el envejecimiento la función de células que representan el sistema inmune en el cerebro llamadas microglía, se va alterando y esto se correlaciona directamente con una disminución en la generación de las neuronas nuevas".
Por otro lado, si bien el equipo de Llorens-Martín ya había demostrado que en la enfermedad de Alzheimer (que afecta principalmente al hipocampo) existía una disminución marcada de la capacidad de generar neuronas, en pacientes que sufren otras enfermedades como ELA (esclerosis lateral amiotrófica), enfermedad de Huntington, Parkinson, demencia con cuerpos de Lewy, o demencia frontotemporal en donde el hipocampo no es el blanco principal, se desconocía si había alguna alteración en este proceso.
"En el trabajo mostramos que en cada enfermedad hay distintos pasos desde la proliferación de las células madre hasta la neurona madura que se ven alterados. De hecho, muchos componentes del nicho neurogénico (donde se generan las neuronas) también se ven afectados generando un entorno hostil para la neurogénesis adulta", detalló.
"Entonces -continuó- el común denominador es una alteración del proceso en general que nos lleva a pensar que estas neuronas no van a integrarse al circuito exitosamente".
La especialista explicó que "entender que el hipocampo y la neurogénesis adulta tienen una elevada vulnerabilidad a la neurodegeneración (pérdida progresiva de la estructura o función de las neuronas) a pesar de que no sea el principal blanco de la patología y sus posibles mecanismos, es un primer paso para entender por qué estos pacientes sufren algunos de estos síntomas".
Aunque parezcan alejados de tener un impacto en los tratamientos para quienes padecen estas enfermedades, la implicancia de este tipo de descubrimientos en la ciencia básica es clave para la comprensión de estas patologías y el desarrollo de estrategias terapéuticas a futuro.
"Hasta que no se entiende qué es lo que no funciona a nivel celular en una patología, es muy difícil saber cómo "arreglarlo". Por eso la ciencia básica es tan importante. En este caso, el hecho de que la neurogénesis hipocampal adulta y el entorno donde ocurre se vean tan afectados puede representar un puntapié inicial para volver a los modelos animales y estudiar cómo se pueden revertir estos defectos", sostuvo Trinchero.
Y concluyó: "En consecuencia, tal vez en un futuro podamos desarrollar estrategias para paliar algunos de los síntomas que sufren los pacientes con enfermedades neurodegenerativas".
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