Pueblos Andinos celebran el Día de la Pachamama cada 1° de Agosto.

El 1° de agosto se realiza la celebración de la Pachamama; en ella se agradece y se ofrenda a la Pacha (Tierra) que da la vida.




Cada 1 de agosto, la celebración de la Pachamama, uno de los rituales más importantes de la cultura andina, tiene lugar en un amplio territorio habitado por un conjunto de pueblos marcados, desde tiempos precolombinos, por la influencia del imperio inca.


Mucho antes de que la contaminación ambiental pusiera en riesgo la supervivencia de especies y ecosistemas a nivel global, mucho antes de que el ecologismo iniciara su prédica en favor de la conservación del medio ambiente, los pueblos andinos habían desarrollado una profunda conciencia de ser hijos de la Tierra (Pacha), la que brinda el sustento. 


La celebración del 1° agosto —fecha en que se inicia la temporada de lluvias— surge de esa tradición y simboliza la gratitud por los frutos que la Tierra ofrece y el pedido de volver a recibirlos, multiplicados, en el ciclo que comienza.




Las prácticas, saberes, costumbres y creencias originarias de América han sorteado, generación tras generación, infinitas adversidades para mantenerse vivos. 


Si en otro tiempo fueron la violencia de la conquista y las prohibiciones de diversos regímenes autoritarios, hoy la dificultad de la transmisión de este legado proviene más bien de un adversario menos visible y más insidioso: la moda y el culto a la novedad, que hacen que no siempre sea fácil para los chicos, chicas y jóvenes identificarse con las tradiciones de sus ancestros.


Por este motivo, favorecer, desde la escuela, la reflexión y el conocimiento de las diversas tradiciones que conforman nuestro patrimonio cultural permite crear conciencia de su riqueza y de la necesidad de preservarlo y de asegurar su futuro.




Madre nuestra que estás en la Tierra

El Ritual a la Pachamama y la cosmovisión del Buen Vivir


«Pacha» es una palabra aymara y quechua que significa tierra, cosmos, universo, tiempo y espacio. 


El Mes de la Pachamama o Madre Tierra comienza con distintas celebraciones, especialmente en las zonas andinas, como ritual de agradecimiento y reconexión dentro de la cosmovisión del Buen Vivir.




«SumakKawsay» o Buen Vivir, es la vida en plenitud. Es saber vivir en armonía y equilibrio, en armonía con los ciclos de la Madre Tierra, del cosmos, de la vida y de la historia, y en equilibrio con toda forma de existencia. 


Y ese justamente es el camino y el horizonte de la comunidad; implica primero saber vivir y luego convivir. No se puede Vivir Bien si los demás viven mal, o si se daña a la Madre Naturaleza. Vivir Bien significa comprender que el deterioro de una especie es el deterioro del conjunto.


El Ritual a la Pachamama


Por la mañana se purifican casas y distintos espacios con sahumerio, el «sahumado del espacio cósmico». Se quitan los residuos que puedan encontrarse en el hogar y se los quema junto a plantas aromáticas o con propiedades medicinales: laurel, coca, romero, yerba, ruda. 




El incienso quemado se eleva al cielo y es una forma de ofrenda al Jananpacha o «mundo de arriba», también se queman resinas vegetales y palo santo para la Pachamama.


Luego sigue el Ritual del Convido o «corpachada», que puede realizarse al alba, al mediodía o al amanecer y consiste en abrir un hoyo circular en la tierra (útero simbólico de la tierra, constituyéndose en altar y «waca» o lugar sagrado, en muchas ocasiones en medio de una chakana o cruz andina) y ofrendarle allí a la Madre Tierra productos de la naturaleza, alimentos, bebidas, hojas de coca, como un acto de agradecimiento al planeta.




Es el momento de agradecer por la vida, la salud, el trabajo y la comida. También se pide por fuerza para continuar nuestra vida, para poder ayudar a todos, especialmente los que más necesitan, para que podamos alcanzar mayor armonía y entendimiento.


Se suele acompañar con dos fuegos sagrados. Uno pequeño dentro del hoyo, al cual se le pueden tirar hojas aromáticas, incienso, palo santo y las intenciones positivas que uno anhela escritas en papelitos. 




El otro fuego sagrado es más grande y distante unos metros del hoyo en el que se pueden quemar papelitos con defectos u errores que uno quiera purificar. De esta forma se han activado los elementos fuego y aire.


Luego se «chaya» con las ofrendas de bebidas (esto se puede hacer en cualquier momento del año dejando caer el primer trago de una bebida a la tierra antes de tomarla, cuando se hace en agosto se hace de rodillas y con las dos manos). Con esto se activa el elemento agua.


El elemento tierra se activa con las ofrendas de comida. Quienes participan pasan en parejas a hacer las ofrendas al agujero en la tierra. Es una forma simbólica de devolverle a la Tierra lo que nos ha dado. En los pueblos andinos se habla de «darle de comer a la Pacha» con las ofrendas de comida.




Según el amauta (del quechua: hamawta; ‘maestro’, ‘sabio’) Alipio Cuilla: «Todo lo que se entrega a la Pachamama, se hace desde la dualidad: hombre-mujer, Tata Inti-Mama Quilla, par-impar. Esto se practica para vivir en armonía. Los cuatro elementos que nos unen y son nuestros formadores, al agua, aire, fuego y la pacha. Sin ellos no habría vida».




Finalmente se tapa el pozo con piedras y pétalos de flores y se festeja en forma comunitaria con cantos, danzas, comida y bebida.


Fuente: Carlos Figueroa; Fundación Alfarcito

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