El cura que batalla por su vida

Después de su internación, el sábado 21 del actual, en su ciudad, La Paz, el sacerdote Daniel Rodríguez fue trasladado a Paraná y este viernes fue intervenido quirúrgicamente en la Clínica Modelo de un tumor cerebral que se le detectó.




La operación tuvo lugar al mediodía de este viernes y de acuerdo a lo que informó su familia: «Daniel salió de quirófano, está estable y queda esperar los resultados. Seguimos rezando».


Este viernes hubo una misa en la parroquia Santo Domingo Savio para rogar por su recuperación, y lo mismo ocurrió en distintos templos de la ciudad capital.


El religioso es delegado episcopal de la Pastoral de la Salud del Arzobispado de Paraná, y además capellán del Hospital San Martín.


Rodríguez, de 42 años, fue ordenado sacerdote en 2010 por el fallecido arzobispo de Paraná Mario Luis Bautista Maulión. 


En marzo de 2022 el arzobispo Juan Alberto Puiggari lo designó delegado de Pastoral de Salud, tarea que sumó a la capellanía del Hospital San Martín, a cargo de la capilla Virgen de la Medalla Milagrosa, que funciona en el interior del nosocomio paranaense.





De perfil bajo, en 2021 tuvo que acceder a la consulta de los medios cuando el Ministerio de Salud, en medio de las exigencias que impuso la pandemia de coronavirus, decidió desalojar la capilla Virgen de la Medalla Milagrosa, y ocupar ese espacio para servicios médicos. 


También se desmanteló la casa habitación del capellán, el cura Daniel Rodríguez.


De ese modo, el cura Rodríguez debió mudar todas sus pertenencias y buscar acogida en la Casa Cura Brochero, que funciona en Carbó al 300, un centro de espiritualidad que cuenta con alojamiento. 


Con ese cambio, la atención espiritual de las personas internadas en el Hospital San Martín se realizó de modo externo. «Es temporal, pero no sabemos cuándo vamos a poder volver», aseguró el sacerdote.


Fue así que se firmó un acta acuerdo entre el director del Hospital San Martín, Carlos Bantar, y el vicario general de la diócesis, Eduardo Tanger, documento que dejó «asegurada la atención religiosa del Hospital a través de sus capellanes».


En el acta compromiso, la Iglesia “acepta” y “permite” la “afectación temporaria del oratorio o capilla y vivienda del capellán” para ser utilizado por el Servicio de Ginecología.


“Atento a ello, y a efectos de no suspender la asistencia religiosa durante todo el tiempo que dure las construcciones mediante los refuerzos estructurales, el nosocomio se compromete a la búsqueda y habilitación de un espacio temporario para la práctica del mismo, debiéndose destacar que no asegura su resultado, como consecuencia de las reafectaciones y la falta de espacios disponibles”, dice el documento.


Ahora, el cura se encuentra ante una batalla más trascendente: su recuperación luego de la intervención quirúrgica por un tumor detectado.


Fuente: Entre Ríos Ahora

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