El veinteañero español creador del asiento de avión de dos alturas: "Hoy sabemos que esto funciona 100%"

"En 2030 los asientos del avión serán españoles y tendrán dos alturas", asegura Alejandro Núñez, convencido de que va a cambiar la aviación comercial. Nos cuenta cómo.






La escena es algo inquietante. El interior de una nave, no lejos del aeropuerto de Madrid, donde se acumulan cientos de asientos de avión destartalados. 


"La trinchera", como la llama Alejandro Núñez, CEO y fundador de Chaise Longue, es donde este precoz ingeniero de 25 años, se pelea con asientos de distintos modelos y aerolíneas para desmontarlos una y otra vez y aprender cómo funcionan.


Aún sin desembalar en una esquina aparece el último prototipo que ha presentado en la Aircraft Interiors Expo de Hamburgo, la feria de diseño de interiores de aviones más importante del sector. 


Allí empezó hace tres años su incursión en este complicadísimo mundo de la innovación en los aires cuando presentó por primera vez su radical propuesta: un asiento en dos alturas (en esta imagen) para revolucionar la clase turista de un avión tal y como la conocemos. 


La idea, entonces algo disparatada para unos, genial para otros, generó un runrún que corrió como la pólvora. La CNN se hizo eco de su invento, pero también los creadores de memes. El asiento de dos alturas se hizo viral.


"El primer año en Hamburgo éramos esos locos en los que nadie creía", recuerda Núñez. "Hoy sabemos que estos asientos se pueden meter en un avión 100 por 100". 


Como prueba, el joven sostiene en la mano un grueso cuaderno donde se lee Estudio de factibilidad, el equivalente a la bendición de los expertos a su invento.


¿Qué ventajas tiene volar en dos alturas? 


Núñez y la directora de operaciones de esta start up, Clara Service, se encaraman a él para explicarlo. La más obvia es que con esta distribución no tenemos a otro pasajero justo delante: 


"Se acabó el problema de darte en las rodillas con el asiento de delante o que se te reclinen encima cuando estás comiendo o trabajando en el portátil", apunta Núñez que, con 1,88 de altura, está más cómodo en el piso de abajo, con espacio de sobra para estirar las piernas ("o para el equipaje, la cuna de un bebé o una mascota...").


Service, por su parte, prefiere la visibilidad que te proporciona la segunda altura. El modelo está pensado para sustituir los asientos centrales de la cabina de economía, quitando el maletero de arriba. 


Si la cabina de una aeronave tiene 2,40 metros de altura, los asientos de Chaise Longue llegan hasta los 2. 


Ellos insisten en que se trata de aprovechar mejor el espacio del avión, pero no de que quepan más pasajeros. "Hablamos de la misma capacidad de pasajeros y la misma capacidad de maletas, solo que a dos alturas", recalcan.


Fue en la universidad donde Núñez empezó a idear este asiento. El madrileño estudió Ingeniería del Diseño Industrial en la Brunel University London y en Delft University of Technology de Holanda. 


En esta última se unió a un proyecto sobre el diseño de los aviones del futuro. Más de 20 ferias internacionales y tres prototipos de su asiento de dos alturas después, Núñez cree que han llegado a "un punto de inflexión". 


"La última iteración del modelo acaba de recibir el apoyo de uno de los grandes jugadores de la industria", asegura sin apenas disimular la euforia. 


"Ya sabemos que esto funciona y lo vamos a ver en los aviones muy pronto".


P. ¿Cuándo es muy pronto?

R. Siendo optimistas, el asiento de clase turista de dos alturas estará volando en un avión en tres años. Pero te puedo asegurar que en 2030 nos subiremos en un avión y los asientos serán españoles y tendrán dos alturas.


Ambición no le falta. Núñez que dice que no puede relajarse en los vuelos porque siempre está tomando notas y tomando medidas con un metro ("las aerolíneas mienten en los espacios que dicen que hay entre asiento y asiento", revela) dice que quiere convertirse en el ingeniero español que cambió la aviación comercial. 


Mientras llega ese momento seguirá con sus ideas sin descanso. Si el asiento de doble altura no cuajara, quizá lo haga la versión que también ha diseñado este año para la clase Business. 


La Chaise Longue Elevated Class la ha llamado. En ella hasta LeBron James dormiría a pierna suelta.


Fuente:https://www.elmundo.es/viajes

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