Silva es el apellido más común de Brasil, pero también es el símbolo del pasado esclavista del país
El apellido de presidentes y estrellas del fútbol, ha estado estigmatizado durante mucho tiempo por sus vínculos coloniales. Ahora, muchos ven su legado de nuevas formas.
El apellido de Fernando Santos da Silva —compartido por 150 de sus parientes— es una reliquia de un sombrío capítulo de la historia de Brasil.
Como millones de personas en el país más poblado de América Latina, lo heredó de sus antepasados, quienes fueron esclavizados y probablemente recibieron el nombre de sus captores.
Con sus dolorosas raíces, llamarse Silva fue durante mucho tiempo motivo de vergüenza, incluso cuando se convirtió en el apellido más común de Brasil.
Pero hoy en día, el nombre se trata de manera muy diferente.
“Silva es un símbolo de resistencia”, dijo Santos da Silva, de 32 años, vendedor de antigüedades de Río de Janeiro. “Es una conexión, tanto con el presente como con mis antepasados”.
Cada vez que uno conoce a un brasileño, es muy probable que en algún lugar de su largo y melódico apellido esté escondida la palabra Silva.
Si no es así, seguro que tiene un amigo o pariente que se apellida así (la mayoría de los brasileños usan el apellido de su madre y de su padre).
Silva se encuentra en el nombre del presidente de la nación, Luiz Inácio Lula da Silva, y de su futbolista más célebre, Neymar da Silva Santos Júnior.
También lo comparten unos cinco millones de brasileños, desde estrellas de cine y medallistas olímpicos hasta profesores, conductores y limpiadores.
El modo exacto en que Silva se extendió por Brasil —uno de cada 40 brasileños tiene ese apellido— es objeto de debate.
Pero los historiadores coinciden en que gran parte de su popularidad está relacionada con los esclavistas, que le dieron ese apellido a muchas personas esclavizadas que luego se lo transmitieron a las generaciones futuras.
Documentos nacionales de identidad listos para ser entregados en una instalación gubernamental de Río de Janeiro en noviembre.
Unos cinco millones de brasileños comparten el apellido Silva.Credit...Dado Galdieri para The New York Times
Marcado por sus raíces coloniales, durante décadas el apellido fue sinónimo de pobreza y opresión en un país con una población mayoritariamente negra que abolió la esclavitud hasta 1888 y en el que persisten profundas desigualdades raciales y económicas.
Pocos brasileños aceptaban ese apellido en el pasado. Muchas figuras destacadas, como Ayrton Senna da Silva, piloto de Fórmula 1 en las décadas de 1980 y 1990, discretamente lo eliminaron de sus nombres.
Pero, a medida que Brasil se replantea la manera en que su brutal pasado contribuyó a conformar la identidad del país, cada vez más personas conocidas destacan su apellido, transmitiendo la idea de que no hay nada vergonzoso en ser un Silva.
Celebridades como el luchador de artes marciales mixtas Anderson Silva y un popular músico que se hace llamar simplemente Silva llenan de admiración a muchos brasileños y transforman la imagen del apellido.
El luchador de artes marciales mixtas Anderson Silva durante un combate en 2019 en Río de Janeiro.Credit...Alexandre Schneider/Getty Images
“Hoy estamos en todo tipo de lugares”, dijo René Silva, activista de una de las mayores favelas de Río y presentador de un programa de televisión que muestra las historias de éxito de personas, tanto famosas como comunes, que tienen ese apellido. “Demuestra que somos luchadores… y que estamos ganando”.
La ubicuidad del apellido se puso de manifiesto una tarde reciente en una concurrida notaría de Río de Janeiro.
Detrás de un mostrador, Tiago Mendes Silva, un empleado de 39 años que heredó el apellido de sus padres, sellaba documentos.
“Siempre hay un Silva o dos por aquí”, dijo Mendes Silva, uno de los siete empleados de la notaría con ese apellido.
Al otro lado del mostrador, Juscelina Silva Morais, trabajadora de una cafetería de 59 años, entregó un documento que necesitaba legalizar. “Este apellido forma parte de nuestra historia”, dijo. “Es lo más brasileño que hay”.
Santos da Silva, el vendedor de antigüedades, también estaba allí con su pareja, Tamiê Cordeiro, tramitando una licencia matrimonial. “Aún no soy Silva”, bromeó Cordeiro, de 27 años. “Pero pronto lo seré”.
Fernando Santos da Silva y Tamiê Cordeiro con su bebé, Hakin Onã, esperaban para tramitar sus documentos matrimoniales en una notaría de Río de Janeiro en octubre.Credit...Dado Galdieri para The New York Times
Algunos historiadores remontan el apellido Silva al Imperio Romano, donde hay constancia de un general con ese nombre.
Otros lo relacionan con familias nobles de la península ibérica, región que hoy alberga a España y Portugal, durante el Reino de León, que se formó en el siglo IX.
Derivado de la palabra latina “selva”, el nombre se hizo común en los siglos XI y XII entre quienes vivían y trabajaban cerca de los bosques de esa región.
“Hay muchos orígenes posibles”, dijo Viviane Pompeu, genealogista que dirige una empresa que ayuda a los brasileños a rastrear su ascendencia. “Pero observamos que la raíz siempre procede de un lugar en el bosque, en la selva”.
El apellido llegó a Brasil con la colonización, y el primer registro data de un colono portugués en 1612.
Los notarios empezaron a rastrear los nombres aproximadamente un siglo después y, desde entonces, casi 32 millones de brasileños han sido registrados como Silva, según datos recopilados para The New York Times por la asociación nacional de registradores.
El futbolista más famoso de Brasil, Neymar da Silva Santos Júnior, en el centro, con su madre, Gonçalves da Silva Santos, en Barcelona en 2022.Credit...Josep Lago/Agence France-Presse — Getty Images
Los académicos afirman que los esclavos africanos que llegaban a Brasil en barco a veces eran bautizados por sacerdotes que daban el nombre de Costa a quienes se dirigían a las ciudades costeras y el nombre de Silva a quienes se destinaban a plantaciones en las regiones boscosas salvajes del país.
Los ricos terratenientes llamados Silva también solían darle el apellido a las personas que esclavizaban, a veces agregando la preposición “da” (“de” en portugués) para etiquetarlas como propiedad.
“Juan de Silva; pertenecía a alguien de la familia Silva”, explicó Rogério da Palma, profesor de la Universidad Estatal de Mato Grosso do Sul y autor de un libro sobre el racismo en el Brasil posterior a la abolición.
Incluso después de que Brasil aboliera la esclavitud, el número de personas de apellido Silva siguió aumentando. Los esclavos liberados que se registraban por primera vez para obtener documentos a veces adoptaban el nombre de los terratenientes que los habían esclavizado y seguían usándolos a cambio de alojamiento y comida.
“Era una forma de pertenencia”, dijo Palma. “También era lealtad a esa familia propietaria de esclavos”.
Más de un siglo después, los ecos de este pasado afloraron en el árbol genealógico de Daniel Fermino da Silva.
Aficionado a la historia, Fermino da Silva, de 45 años, pasó más de tres años buscando rastros de sus antepasados en archivos y bibliotecas. Finalmente descubrió una historia familiar profundamente “entrelazada con la historia de Brasil”.
Por parte de madre, descendía de ricos terratenientes de São Paulo que en su día habían esclavizado a personas. Por parte de padre, los registros del siglo XVIII mostraban que sus antepasados Silva habían sido esclavizados a unos 800 kilómetros, en el estado de Minas Gerais, rico en minerales.
Daniel Fermino da Silva, ingeniero de la ciudad sureña de Londrina, pasó más de tres años buscando detalles de su ascendencia y descubrió una historia familiar profundamente “entrelazada con la historia de Brasil”.Credit...Dado Galdieri para The New York Times
“Veo a mi familia y a mis antepasados como héroes”, dijo Fermino da Silva, ingeniero de la ciudad sureña de Londrina, refiriéndose a la familia de su padre.
No está tan claro cómo el presidente de Brasil, hijo de agricultores analfabetos del empobrecido noreste del país, heredó el nombre más popular de la nación.
Durante el dominio colonial, la región en la que nació Lula fue testigo de la afluencia de refugiados judíos y otros emigrantes que huían de la persecución religiosa en Portugal.
En busca de nuevas identidades —y del anonimato—, los historiadores afirman que muchos recién llegados cambiaron sus nombres por Silva.
Algunos expertos creen que podría ser así como Lula terminó siendo un Silva. Pero los genealogistas han tenido dificultades para rastrear sus raíces con certeza.
“Es un gran misterio”, dijo Fernando Morais, biógrafo oficial de Lula, quien ha intentado reconstruir la historia familiar del presidente.
Al mandatario no parece importarle. Antiguo dirigente sindical con estudios de quinto grado, Lula se considera “un Silva más”, según Morais. “Es el nombre del pueblo”.
Entre la élite, sin embargo, Silva suele contar una historia de privilegios. Al menos cuatro políticos y legisladores brasileños, entre ellos un expresidente, tenían antepasados con ese apellido vinculados a la esclavitud, según datos recopilados para The New York Times por Agência Pública, un medio de investigación sin fines de lucro que recientemente trazó un mapa de la ascendencia de las personas más poderosas de Brasil.
En la cultura popular, la experiencia del Silva promedio se encarnó durante mucho tiempo en una popular canción funk de la década de 1990 sobre un hombre de clase trabajadora que es víctima de la violencia que asola los suburbios pobres de Río, en su mayoría negros. “Es solo otro Silva cuya estrella no brilla”, dice la letra.
“Vivimos muchas cosas, muchas humillaciones”, dijo Marcelle da Silva Oliveira con miembros de su familia en Río de Janeiro. “Nuestro apellido es un símbolo de supervivencia”.Credit...Dado Galdieri para The New York Times
Escuchar la canción siempre conmovió a Marcelle da Silva Oliveira, de 36 años, cuyo padre fue asesinado por narcotraficantes en un barrio obrero de Río cuando ella era joven. Pero, durante años, se avergonzó del apellido.
“Decía: ‘No conozco a ningún Silva que haya triunfado en la vida’”, dijo Da Silva Oliveira, empleada doméstica.
Pero su opinión cambió, y le ha dado el apellido a sus seis hijos.
“Vivimos muchas cosas, muchas humillaciones”, dijo. “Nuestro apellido es un símbolo de supervivencia”.
Fuente: https://www.nytimes.com/es/
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