La era de las “pieles marcadas”: por qué casi un tercio de los argentinos tiene tatuajes
Hay motivos emocionales –recordar a un ser querido–, estéticos, culturales y simbólicos que llevan a cada vez más personas de distintas edades a realizarse un tatuaje en su cuerpo.

Hace muchos años, hacerse un tatuaje dejó de ser una simple moda, a la que quizá sólo podían acceder círculos de clase media y alta, como una forma de pertenecer a un status quo.
Los prejuicios contra las personas tatuadas fueron derribados hace décadas. El tatuaje es transversal a edades y clases sociales: es una identidad tan personal como cultural.
“Piel con propósito: Argentina tatuada” es el título de una nueva encuesta nacional que investigó este fenómeno sociocultural de los tatuajes.
Es decir, las razones por las que cada vez más personas deciden hacerse un tatuaje en alguna parte de su cuerpo, y que quizás lo llevarán durante el resto de su vida.
El estudio fue elaborado por la consultora Voices! en enero de 2025 a través de una encuesta en línea a nivel nacional, con 1.027 entrevistas representativas de la población general (de todas las provincias) de 18 años a más de 50.
“Los tatuajes se han consolidado como una manifestación artística, emocional y cultural en la vida de los argentinos”, introduce.
Algunos datos
La encuesta revela algunos porcentajes interesantes, que muestran esta “era de pieles de marca”.
Por ejemplo: casi un tercio -31%- de los argentinos declaró tener al menos un tatuaje. En términos de prevalencia, las mujeres, los menores de 50 años y aquellos de nivel socioeconómico más bajo destacan como los grupos más tatuados.
"Si bien a partir de los 50 años la incidencia de tatuajes es similar por género, entre los menores de 50 años las mujeres lideran claramente, llegando a ser el 44% de las argentinas de entre 25 y 49 años que indican tener el cuerpo tatuado, lo que demuestra un cambio generacional", añade el informe.
Más datos: El 27% de los argentinos planea hacerse un tatuaje en los próximos 12 meses, y un 18% aún no lo decidió, lo que podría aumentar esta cifra. Las mujeres entre 18 y 24 años lideran esta tendencia, con un 50% que tiene intención de hacerse un tatuaje.
Siete de cada diez personas tatuadas tienen más de un diseño en su piel: las mujeres y los más jóvenes son quienes más multiplican sus tatuajes. Incluso la mitad de los que tienen tatuajes hoy planean agregar algún diseño durante 2025.
"Mientras que las personas de niveles socioeconómicos bajos tienen más probabilidades de hacerse tatuajes que las de niveles socioeconómicos altos, las personas tatuadas de niveles socioeconómicos altos y medio-altos tienden a tener más tatuajes que las personas de niveles socioeconómicos bajos o medios", añade la encuesta.
¿Por qué nos hacemos tatuajes?
“Los tatuajes evolucionaron de ser símbolos de rebelión a representaciones más personales y emocionales”, pone en contexto el estudio.
Respecto a las principales motivaciones para realizarse un tatuaje, los encuestados dieron sus respuestas: en primer lugar se encuentra el homenaje a los seres queridos -familia, amigos, mascotas, etc.-, con un 26%.
Respecto a los vínculos afectivos, también aparecen diseños compartidos con parejas, amigos o familiares (25%);
La tercera razón es puramente estética; impulsos, recuerdos importantes y superación de momentos difíciles, 21%, y para inspiración y motivación, como frases o símbolos inspiradores, 15%.
Lenguaje emocional y narrativas
“Los tatuajes se convirtieron en un poderoso lenguaje emocional. “El hecho de que las dos motivaciones principales estén relacionadas con homenajes y vínculos emocionales demuestra cómo las personas usan su piel para construir narrativas que conectan con su historia personal y sus relaciones significativas”, señaló Constanza Cilley, directora ejecutiva de la consultora.
“Este fenómeno refleja la importancia de los vínculos humanos en la construcción de nuestra identidad.
El tatuaje se convierte en un puente entre el recuerdo, el afecto y la autoexpresión. En un mundo cada vez más visual, el tatuaje trasciende su función decorativa para convertirse en un lenguaje de amor, de vínculos”, concluyó.
Una última curiosidad: en el estudio se pidió a los encuestados que compartieran la primera imagen o palabra que les venía a la mente cuando se mencionaba la palabra “tatuajes”.
Aproximadamente un tercio señaló palabras con connotaciones positivas (en particular, “arte”, “belleza”, “recuerdos”, “me gusta”). Otro gran porcentaje mostró neutralidad, publicó El Litoral.
Fuente: APFDigital
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