Aranceles recíprocos: el impacto de la estrategia de Trump y la postura de Milei

Desde su llegada, el líder estadounidense impuso una fuerte política externa liderada por el aumento de aranceles a ciertos productos. Por su parte, el gobierno argentino expresó su intención de convertir al país en el primero en "sumarse a la política de reciprocidad comercial impulsada por la administración de Trump".




Si Donald Trump avanza con su propuesta de aranceles recíprocos y Argentina adhiere a la iniciativa, el país debería reducir en un 60% los impuestos a las importaciones de bienes provenientes de Estados Unidos. 


En caso contrario, enfrentaría un incremento del 148% en los aranceles que Washington impone a los productos argentinos.


El plan de Trump y la posición de Milei


Durante su discurso en el evento del Comité de Acción Política Conservadora (CPAC) el pasado 22 de febrero, el presidente Javier Milei anunció su intención de convertir a Argentina en el primer país en sumarse a la política de reciprocidad comercial impulsada por la administración de Trump. “Si no estuviéramos restringidos por el Mercosur, ya estaríamos trabajando en un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos”, afirmó el mandatario argentino.


La idea de una mayor apertura comercial con EE.UU. se repitió en el Congreso argentino, donde Milei manifestó su deseo de avanzar en un Acuerdo de Libre Comercio (ALC) con Washington. 


Sin embargo, más allá del entusiasmo compartido, existen serios obstáculos: Trump no tiene autorización del Congreso estadounidense para negociar ALCs, y Argentina, al formar parte del Mercosur, está atada a un arancel externo común. 


Para que la propuesta prospere, sería necesario sortear ambas limitaciones y contar con la aprobación de los legislativos de ambos países.


El impacto en Argentina: aranceles a la baja o penalidades


Según un informe de Maximiliano Gutiérrez, investigador del IERAL de la Fundación Mediterránea, la aplicación de tarifas recíprocas obligaría a Argentina a reducir sus aranceles promedio del 6,2% al 2,5% en los productos importados desde EE.UU. Esto representa una baja del 60% en la tasa impositiva aplicada a las compras estadounidenses.


El análisis, basado en datos del World Integration Trade Solution (WITS) del Banco Mundial, también identifica qué países podrían verse beneficiados o perjudicados. 


Mientras que economías como las de Reino Unido, Países Bajos, Bélgica, Suiza, Francia, España e Italia podrían aumentar sus aranceles a productos estadounidenses, Argentina, junto a Brasil, México, Chile, Nigeria, India, China y Tailandia, debería reducirlos para mantener sus flujos comerciales con EE.UU.

Acero, aluminio y nuevas restricciones

El impacto potencial de esta política también se refleja en sectores estratégicos. 

En febrero, Trump anunció un arancel del 25% sobre la importación de acero y aluminio, afectando a Argentina, que en 2024 fue el séptimo mayor exportador de aluminio a EE.UU. 

En comparación, el país colocó 9.441 toneladas en el mercado estadounidense, mientras que Canadá exportó más de 230.000 toneladas. 

A diferencia de 2018, cuando Washington eximió a Argentina, Brasil y México de ciertas restricciones, esta vez no habrá trato diferencial.

Otro aspecto controvertido es la posibilidad de que EE.UU. interprete el IVA como una barrera comercial. 

Según Gutiérrez, la administración de Trump podría considerar el impuesto al valor agregado como un obstáculo a la competencia, a pesar de que éste se aplica por igual a productos locales y extranjeros.

El factor China y la respuesta europea

Trump también ha planteado la posibilidad de imponer aranceles del 25% a las importaciones de la Unión Europea. 

Como respuesta, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió que la UE tomará medidas “firmes y proporcionales”.


Por otro lado, la tensión con China ya se ha intensificado. EE.UU. impuso un arancel adicional del 10% a productos chinos por un valor de 435.000 millones de dólares, lo que provocó represalias por parte de Beijing, que elevó impuestos sobre bienes estadounidenses y restringió exportaciones clave como el tungsteno, utilizado en tecnología y defensa.

Escenarios para Argentina

Si Argentina acepta la política de reciprocidad, deberá reducir sus aranceles a las importaciones estadounidenses en un 60%. 

En caso contrario, los productos argentinos podrían enfrentar un aumento del 148% en los aranceles de EE.UU., afectando exportaciones clave. 

La relación entre Milei y Trump podría ser determinante en este proceso, pero las restricciones del Mercosur y la falta de consenso político en ambos países presentan desafíos considerables.


El desenlace dependerá de cómo evolucione la estrategia de Trump en su eventual segundo mandato y de la capacidad de Argentina para maniobrar dentro del bloque regional y el escenario global.



Fuente: Ámbito.

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