Día del Panadero, ¿por qué se celebra cada 4 de agosto?
El Día del Panadero en Argentina es, en rigor, el Día Nacional del Obrero Panadero. El nombre de la fecha hace referencia a que fue un 4 de agosto, pero de 1887, cuando se creó el primer sindicato de obreros panaderos.

Llamado en su momento Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, pionera del sindicalismo argentino y fundada en 1887 en Buenos Aires.
La creación de este primer sindicato de obreros panaderos fue obra del famoso anarquista Enrique Malatesta.
En su corta estadía en Argentina, entre 1885 y 1889, este activista político dejará una fuerte impronta en lo que fueron los orígenes de la organización del movimiento obrero.
El 4 de agosto fue reconocido oficialmente como Día Nacional del Panadero por el Congreso Nacional argentino en 1957.
Desde entonces, la conmemoración de esta fecha es un clásico en la sociedad argentina y los círculos ligados a la producción del pan y otras delicias.
La historia del Día del Panadero en Argentina se remonta a 1887, cuando nació la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, un sindicato revolucionario que marcó un hito en el movimiento obrero nacional.
Bajo la influencia de anarquistas italianos como Errico Malatesta, este gremio se convirtió en pionero de la lucha por derechos laborales, enfrentando jornadas extenuantes de más de 10 horas por salarios miserables durante el boom de la urbanización porteña.
La primera huelga y el legado de rebeldía
En enero de 1888 -apenas meses después de su fundación- los panaderos protagonizaron la primera huelga del sector, movilizándose por las calles de una Buenos Aires en plena transformación.
Aunque la represión policial sofocó las protestas, su ejemplo inspiró a otros gremios. Pero su revolución no fue solo sindical: dejó una huella imborrable en la cultura argentina a través de ingeniosas protestas gastronómicas.
Cuando las facturas eran panfletos
Como acto de rebeldía, estos obreros inmigrantes (en su mayoría italianos y españoles) bautizaron sus creaciones con nombres que ridiculizaban al poder:
Vigilantes y cañoncitos: burlas a policías y militares
Bolas de fraile y suspiros de monja: sátiras al clero
Sacramentos: ironía sobre los rituales eclesiásticos
Hoy, mientras Argentina conserva su tradición panadera (con una panadería cada 1.100 habitantes y el 77% de la población consumiendo pan semanalmente), el 4 de agosto no solo celebra el oficio, sino la herencia combativa de quienes hornearon las bases del sindicalismo argentino entre harina y rebeldía.

Errico Malatesta (4 de diciembre de 1853-22 de julio de 1932).
Fue propagandista anarquista, teórico y socialista revolucionario italiano.
Editó varios periódicos radicales y pasó gran parte de su vida exiliado y encarcelado, tras haber sido encarcelado y expulsado de Italia, Gran Bretaña, Francia y Suiza.
Originalmente partidario de la propaganda insurreccional por los hechos, Malatesta más tarde abogó por el sindicalismo.
Sus exilios incluyeron cinco años en Europa y 12 años en Argentina.
Malatesta participó en acciones que incluyeron una revuelta española de 1895 y una huelga general belga.
Recorrió los Estados Unidos, dando conferencias y fundando la influyente revista anarquista La Questione Sociale.
Después de la Primera Guerra Mundial , regresó a Italia, donde su Umanità Nova tuvo cierta popularidad antes de su cierre bajo el ascenso de Mussolini.
Fuente: www.eldiario.com

Comentarios
Publicar un comentario